La coherencia implica la sincronización y alineación de diversos elementos o partes dentro de un sistema, creando una unidad que opera sin contradicciones ni discordancias.
Somos coherentes cuando la forma en que sentimos internamente la vida coincide con la manera en que la experimentamos en el afuera. Implica vivir en consonancia con nuestros deseos, pasiones y valores personales.
Somos coherentes cuando lo que decimos, hacemos y sentimos están en consonancia. La coherencia potencia la sensación de armonía en la vida diaria.
“Hay gente que funciona como una escopeta de perdigones: piensa una cosa, siente otra y sus actos se dispersan sin dirección.”
Walter Riso
Como he comentado en la semana anterior, a veces ser coherente es difícil por creencias fuertemente arraigadas que nos arrastran hacia direcciones opuestas de lo que creemos. En estos momentos es muy beneficioso practicar la autocompasión, darnos cuenta de lo que está pasando y ser amorosas con nosotras mismas. Comparto con vosotras una cita de Maya Angelou muy inspiradora en estos momentos:
«Haz lo mejor que puedas hasta que sepas hacerlo mejor. Luego, cuando sepas más, hazlo aún mejor.»